ACUERDATE, ¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! del inefable poder que tu Hijo divino te ha dado sobre su Corazón adorable. Lleno de confianza en tus merecimientos, vengo a implorar tu protección. ¡Oh Tesorera celestial del Corazón de Jesús! de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias y que puedes abrir a tu gusto, para derramar sobre los hombres, todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra; y concédeme, te lo suplico, el favor que ahora te pido.... (aquí se hace la petición).
¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús! acoge favorablemente nuestros ruegos y dígnate atenderlos. Amén.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
(Se repite 3 veces con mucho fervor).
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