sábado, 25 de agosto de 2018

DEVOCIÓN DE LAS TRES AVE MARIAS PARA EL ROSARIO




El propósito de esta devoción es pedir a Nuestra Señora por la gracia de vivir una vida santa día a día. Cada Ave María es en honor de cada una de las Personas de La Santísima Trinidad y pide una gracia específica.

En una visión dada a Santa Matilde de Hackerborn, la Santísima Madre describió la devoción en estos términos:

Por la primera Ave María, me pedirás en virtud del poder supremo que Dios el Padre me ha dado para fortalecerte en los combates y para defenderte en contra del poder del enemigo maligno.

Por la segunda Ave María, me rogaras, a través de la admirable sabiduría que he recibido de mi Hijo, que deje brillar la verdad en tu alma y disipar de ella la oscuridad de la ignorancia y del error.

Por la tercera Ave María, me pedirás por el fuego ardiente del amor con que el Espíritu Santo me infundio, que te de caridad ardiente que hará capaz de sobreponerte al miedo y a la lucha de la muerte.

Esta devoción es especialmente poderosa combatiendo pecados de lujuria.

San Alfonso, uno de los grandes promotores de esta devoción, recomendaba agregar esta pequeña oración al final:

"Por la pura e Inmaculada Concepción, oh María, haz mi cuerpo puro y mi alma santa”. 

Otra opción es orar:

"Madre, protégeme este día del pecado mortal"

No importa cuán ocupado estemos, podemos buscar tiempo para esta simple, rápida y poderosa devoción. Es una excelente pieza para la armadura espiritual, y si la practicas con fe, crecerás en santidad y encontrarás fortaleza para tu lucha contra el pecado.




SALUTACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA

¡Dios te salve María!
Virgen de las Vírgenes.

¡Dios te salve María!
Reina de los mártires cuya alma fue traspasada de una espada dolorosa.

¡Dios te salve María!
Amadísima señora y reina, que se te ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.

¡Dios te salve María!
¡Reina y Madre Mía! Mi vida, dulzura y esperanza.

¡Dios te salve María!
Madre más amable.

¡Dios te salve María!
Madre más admirable.

¡Dios te salve María!
Madre del amor divino

¡Dios te salve María!
¡Inmaculada! ¡sin pecado concebida!

¡Dios te salve María!
Llena eres de gracia ¡El señor es contigo!

¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito el fruto de tu vientre Jesús!

Bendito sea tu castísimo Esposo, San José

Bendito sea tu Padre, San Joaquín

Bendita sea tu Madre, Santa Ana

Bendito sea tu Santo Ángel, San Gabriel

Gloria a Dios Padre, que te ha escogido

Gloria a Dios Hijo, que te ha amado.

Gloria a Dios Espiritu Santo, que te ha esposado

Oh gloriosa Virgen María, 
que toda humanidad os ame y os alabe!

Santa María Madre de Dios! ¡Ruega por nosotros y bendicenos, ahora y en la hora de la muerte,  en el nombre de Jesucristo, tu divino Hijo. Amén


G. Por las intenciones del Santo Padre, rezaremos un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria.

T. Padre Nuestro, que estás en el cielo…

T. Dios te salve María, llena eres de gracia…

T. Gloria al Padre…


G. Dios te salve María, Hija de Dios Padre, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús

R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte.

G. Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús

R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte.

G. Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús

R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte.

G. Dios te salve María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin culpa original, 

T. Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén



No hay comentarios:

Publicar un comentario