domingo, 26 de agosto de 2018

NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Oración para todos los días

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.
 Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloría, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano.
Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado.
No me dejéis, pues, a mi tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.
Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte. Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena.

Día Primero

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María del pecado, original en su Inmaculada Concepción, y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en ti, Padre nuestro Santísimo.

Día Segundo

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes por medio de una buena confesión.

Día Tercero

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas para ser dignos de ti, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y la de procurar y obtener cada día más pureza y delicadeza de conciencia.

Día Cuarto

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como libraste a María de la inclinación al pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, así te rogamos humildemente, por intercesión de María Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que te podamos servir, con verdadera libertad de espíritu, sin imperfección ninguna.

Día Quinto

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como, desde el primer instante de su Concepción, diste a María más gracia que a todos los santos y ángeles del cielo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos inspires un aprecio singular de la divina gracia que tú nos adquiriste con tu sangre, y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de tus Santos Sacramentos, especialmente el de la Comunión.

Día Sexto

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como, desde el primer momento, infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.

Día Séptimo 

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximía, por la cual es llamada Virgen de las vírgenes, así te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que tantos han conservado mediante la devoción de la Virgen y tu protección.

Día Octavo 

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero de ti, ¡oh Dios Señor nuestro!, nuestro verdadero bien, nuestro bienhechor, nuestro padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte.

Día Noveno

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de Ti, te suplicamos humildemente, por intercesión de María Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos Sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al cielo, para siempre gozar, en tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.

Oración Final de cada día

Bendita sea tu pureza 
y eternamente lo sea, 
pues todo un Dios se recrea 
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
te ofrezco en este día alma, vida
y corazón. Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.

Rezar tres Avemarías.

Tu Inmaculada Concepción,
oh Virgen Madre de Dios,
anunció alegría al universo mundo.
Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor

El Rezo del Santo Rosario Tradicional - MISTERIOS GOZOSOS

Misterios Gozosos

Primer Misterio Gozoso:


A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen, prometida de un hombre descendiente de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró donde ella estaba, y le dijo: “Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo”. Ante estas palabras, María se turbó y se preguntaba qué significaría tal saludo. El ángel le dijo: “No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. Será grande y se le llamará Hijo del altísimo; el Señor le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, tu parienta Isabel ha concebido también un hijo en su ancianidad, y la que se llamaba estéril está ya de seis meses, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel la dejó.

Padre Nuestro.

Avemaría

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Segundo Misterio Gozoso:

visitacion

Unos días después María se dirigió presurosa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. Y dijo alzando la voz: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Y cómo es que la madre de mi Señor viene a mí? Tan pronto como tu saludo sonó en mis oídos, el niño saltó de alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído que se cumplirán las cosas que te ha dicho el Señor!” Dijo María: Mi alma magnifica al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo. Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen.

Padre Nuestro

Avemaría

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Tercer Misterio Gozoso:

nativdad

Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se empadronara todo el mundo. Éste es el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno a su ciudad. También José, por ser descendiente de David, fue desde la ciudad de Nazaret de Galilea a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María, su mujer, que estaba encinta. Mientras estaban allí se cumplió el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

Padre Nuestro

Avemaría

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Cuarto Misterio Gozoso:

presentacion

A los cuarenta días del nacimiento de Jesús de la Virgen María, cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en su Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor, y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la misma Ley para quienes, por su pobreza, no puedan pagar el precio de un cordero. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel. El Espíritu Santo, que moraba en él, le había revelado que no conocería la muerte antes de haber visto al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo; y en el momento de entrar los padres con el niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».

Padre Nuestro

Avemaría

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Quinto Misterio Gozoso:

perdido

Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió los doce años, subieron todos a la fiesta, según la costumbre; al volverse, pasados aquellos días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Creyendo ellos que estaría en la caravana, hicieron un día de camino. Luego se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que lo oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

Padre Nuestro

Avemaría

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Agradecimiento

Gracias os damos Soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce y siempre Virgen María!, ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

DULZURA DE LOS ANGELES

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sábado, 25 de agosto de 2018

DEVOCIÓN DE LAS TRES AVE MARIAS PARA EL ROSARIO




El propósito de esta devoción es pedir a Nuestra Señora por la gracia de vivir una vida santa día a día. Cada Ave María es en honor de cada una de las Personas de La Santísima Trinidad y pide una gracia específica.

En una visión dada a Santa Matilde de Hackerborn, la Santísima Madre describió la devoción en estos términos:

Por la primera Ave María, me pedirás en virtud del poder supremo que Dios el Padre me ha dado para fortalecerte en los combates y para defenderte en contra del poder del enemigo maligno.

Por la segunda Ave María, me rogaras, a través de la admirable sabiduría que he recibido de mi Hijo, que deje brillar la verdad en tu alma y disipar de ella la oscuridad de la ignorancia y del error.

Por la tercera Ave María, me pedirás por el fuego ardiente del amor con que el Espíritu Santo me infundio, que te de caridad ardiente que hará capaz de sobreponerte al miedo y a la lucha de la muerte.

Esta devoción es especialmente poderosa combatiendo pecados de lujuria.

San Alfonso, uno de los grandes promotores de esta devoción, recomendaba agregar esta pequeña oración al final:

"Por la pura e Inmaculada Concepción, oh María, haz mi cuerpo puro y mi alma santa”. 

Otra opción es orar:

"Madre, protégeme este día del pecado mortal"

No importa cuán ocupado estemos, podemos buscar tiempo para esta simple, rápida y poderosa devoción. Es una excelente pieza para la armadura espiritual, y si la practicas con fe, crecerás en santidad y encontrarás fortaleza para tu lucha contra el pecado.




SALUTACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA

¡Dios te salve María!
Virgen de las Vírgenes.

¡Dios te salve María!
Reina de los mártires cuya alma fue traspasada de una espada dolorosa.

¡Dios te salve María!
Amadísima señora y reina, que se te ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.

¡Dios te salve María!
¡Reina y Madre Mía! Mi vida, dulzura y esperanza.

¡Dios te salve María!
Madre más amable.

¡Dios te salve María!
Madre más admirable.

¡Dios te salve María!
Madre del amor divino

¡Dios te salve María!
¡Inmaculada! ¡sin pecado concebida!

¡Dios te salve María!
Llena eres de gracia ¡El señor es contigo!

¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito el fruto de tu vientre Jesús!

Bendito sea tu castísimo Esposo, San José

Bendito sea tu Padre, San Joaquín

Bendita sea tu Madre, Santa Ana

Bendito sea tu Santo Ángel, San Gabriel

Gloria a Dios Padre, que te ha escogido

Gloria a Dios Hijo, que te ha amado.

Gloria a Dios Espiritu Santo, que te ha esposado

Oh gloriosa Virgen María, 
que toda humanidad os ame y os alabe!

Santa María Madre de Dios! ¡Ruega por nosotros y bendicenos, ahora y en la hora de la muerte,  en el nombre de Jesucristo, tu divino Hijo. Amén


G. Por las intenciones del Santo Padre, rezaremos un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria.

T. Padre Nuestro, que estás en el cielo…

T. Dios te salve María, llena eres de gracia…

T. Gloria al Padre…


G. Dios te salve María, Hija de Dios Padre, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús

R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte.

G. Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús

R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte.

G. Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús

R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte.

G. Dios te salve María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin culpa original, 

T. Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén



viernes, 24 de agosto de 2018

NUEVE BENDICIONES AFECTUOSAS A LA VIRGEN MARÍA




1. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro purismo seno, en que por nueve meses hizo su morada el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. 
Avemaría.

2. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros pechos virginales, con cuya leche se alimentó el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. 
Avemaría.

3. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro maternal regazo en que reposó y durmió dulcemente el hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. 
Avemaría.

4. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros santísimos brazos, que llevaron, abrazaron y tiernamente estrecharon al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. 
Avemaría.

5. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditas vuestras hermosísimas manos, que acariciaron y cuidadosamente sirvieron al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. 
Avemaría.

6. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros ojos virginales que con tanto deleite se recrearon contemplando el rostro del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. 
Avemaría.

7. Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros oídos castísimos, que con tanta frecuencia oyeron el dulce nombre de Madre de la boca del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

8. Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros candidísimos labios, que con gozo inexplicable imprimieron tiernos ósculos en el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. 
Avemaría.

9. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendita vuestra lengua angelical, que sin cesar alabó y llamó hijo querido al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Avemaría.

viernes, 17 de agosto de 2018

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA PARA PEDIR ALGUNA GRACIA AL ESPÍRITU SANTO





¡Oh María, Hija humildísima del Padre, Madre Purísima del Hijo, Esposa amadísima del Espíritu Santo! Yo te amo y te ofrezco todo mi ser para que lo bendigas. Madre admirable, Consuelo del que llora, Abogada dulcísima de los pecadores, ten piedad de todos aquellos a quienes amo; y por tu Inmaculado Corazón, Sagrario de la Santísima Trinidad, Asiento de tu poder, Trono de Sabiduría y Piélago de bondad, alcánzanos que el Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre.
Alcánzame lo que con todo el fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma, ¡Virgen Santa, Esposa del Espíritu Santo, acuérdate de que eres mi Madre! Amén.

SANTO ROSARIO DE JACULATORIAS A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA




Felicitemos a la Santísima Virgen por el singular Privilegio de su Concepción Inmaculada.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea.
Pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.
A ti celestial Princesa, Virgen sagrada María
Te ofrezco, en este día, alma, vida y corazón.
Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.


Atendiendo el deseo de la Virgen Santísima Milagrosa: recemos con confianza y fervor las siguientes invocaciones.


INVOCACIONES AL DULCÍSIMO NOMBRE DE MARÍA

PRIMERA INVOCACIÓN

Madre mía amantísima, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí, miserable pecador.

Padre nuestro que estás en el cielo... 

Diez jaculatorias. ¡Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


SEGUNDA INVOCACIÓN

Acueducto de las divinas gracias, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados.


TERCERA INVOCACIÓN

Reina de cielos y tierra, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos.


CUARTA INVOCACIÓN

Inmaculada, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación.


QUINTA INVOCACIÓN

Abogada y refugio de nosotros pobres pecadores, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, asistidme en el trance de la muerte y abridme las puertas del cielo.

Pídase la gracia que por intercesión de la Santísima Virgen se desee alcanzar...

Y dad gracias por las ya obtenidas.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN:

Señor nuestro Jesucristo, que quisisteis honrar con innumerables milagros a vuestra Madre la beatísima Virgen María, inmaculada desde el primer instante de su concepción, concédenos que, implorando siempre su patrocinio, consigamos los goces eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. Así sea.

Acudamos a la maternal protección y amparo de la Santísima Virgen con la siguiente súplica (de San Bernardo):

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, hayan sido abandonados de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Virgen Madre de las vírgenes!, y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh purísima Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y atendedlas favorablemente.
Felicitemos a la Santísima Virgen por el singular Privilegio de su Concepción Inmaculada.

jueves, 16 de agosto de 2018

Descripción de los simbolismo de la imagen



Berazategui-Caacupe-políptico-Virgen.jpg

Los tres círculos de estrellas, como enseña la Iglesia, representa a María "virgen antes, durante y después del parto".
Su rostro moreno es cruce entre la raza indígena guaraní y la raza blanca europea.
La mirada maternal de la virgen, cuida a sus hijos.
La estrella brillante de la corona recuerda a María “Estrella de la mañana”: anuncia que la noche termina y amanece un nuevo día.
El pelo largo que cae por la espalda es propio de la mujer aborigen.
Ella viste una lujosa túnica blanca y lleva sobre sus hombros un exquisito manto azul celeste.
El manto está adornado con figuras de la flor originaria de las zonas tropicales: “pasiflora”. Los aborígenes, en sus migraciones, reconocían la fertilidad de la tierra por la presencia de esta flor.
La imagen de la Virgen está de pie, pisando una serpiente, sobre el globo terráqueo azul con tres estrellas doradas, y la cinta con los colores de la bandera paraguaya. El simbolismo es múltiple:
por un lado, María vence a la maldad (la serpiente: figura mítica del mal que amenaza a la humanidad),
y supera los ídolos paganos (las tres estrellas).
Por otro lado, la cinta representa a María protegiendo al pueblo paraguayo.

ROSARIO PARA IMPLORAR SUS GRACIAS ESPIRITUALES Y CORPORALES.

NUESTRA SEÑORA DE LAS LÁGRIMAS: ROSARIO PARA IMPLORAR SUS GRACIAS ESPIRITUALES  Y CORPORALES.
Conmovido con el prodigio del derramamiento de tus lágrimas, oh misericordiosísima Virgen de Siracusa vengo hoy a postrarme a tus pies, y animado con una sencilla confianza por tantas gracias como has ido concediendo, vengo a ti, oh Madre de clemencia y de piedad, para abrirte mi corazón, para arrojar en tu dulce corazón de Madre todas mis penas, para unir mis lágrimas a las tuyas: las lágrimas del dolor por mis pecados y las lágrimas de los dolores que me afligen.
Míralas, oh Madre querida, con rostro benigno y con ojos de misericordia, y por el amor que tienes a Jesús dígnate consolarme y escucharme.
Por tus santas e inocentes lágrimas dígnate impetrarme de tu divino Hijo el perdón de mis pecados, una fe viva y ardiente, y la gracia que ahora, te pido...
Oh Madre mía, y esperanza mía, en tu Corazón inmaculado y dolorido pongo toda mi confianza.
Corazón Inmaculado y dolorido de María, ten compasión de mí.
Rezar la Salve.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V.Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R.Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
En el Nombre del Padre, y del Hijo Y del Espíritu Santo. Amen.
Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Nuestra Señora de las lágrimas me presento ante ti para rezarte este sencillo rosario.







1.Me siento feliz. Me siento bien, de salud corporal y de salud espiritual
Virgen de las Lágrimas,
haz que hoy sea el día más feliz de mi vida.
7 veces

Dios te salve María
llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,ruega por nosotros, pecadores,ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén

·      Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
2. Las pequeñas molestias y dificultades de cada día las que vendrán a visitarme hoy las acepto no solo con resignación sino con alegría. Sé que Dios me las envía precisamente porque me quiere.

Virgen de las Lágrimas,
haz que hoy sea el día más feliz de mi vida.      
7 veces


Dios te salve María
llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres,y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,ruega por nosotros, pecadores,ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén

·      Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

3. Yo ofrezco por tu mediación al Sagrado Corazón de Jesús todos mis pensamientos, palabras y obras de este día.
Virgen de las Lágrimas,:
haz que hoy sea el día más feliz de mi vida.
7 veces

Dios te salve María
llena eres de gracia el Señor es contigo;bendita tú eres
entre todas las mujeres,y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
·      Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

4. Durante el día de hoy me acordaré de Jesús y de ti como os acordáis vosotros de mí, pobre pecador.
Virgen de las Lágrimas,:
haz que hoy sea el día más feliz de mi vida.
7 veces

Dios te salve María
llena eres de gracia el Señor es contigo;bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
·      Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

5. Virgen de las Lágrimas, socórrenos: con la luz que irradia de tu Bondad, con el consuelo que brota de tu Corazón, con tu serenidad, tú que eres reina de la paz.

Virgen de las Lágrimas,:
haz que hoy sea el día más feliz de mi vida.
7 veces
Dios te salve María
llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
·      Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
paz.
6. Consuela, nuestros cuerpos para que los sanes, nuestros corazones, para que los llenes de contrición y caridad, nuestras almas, para que obtengan su salvación.
Virgen de las Lágrimas,:
haz que hoy sea el día más feliz de mi vida.
7 veces
Dios te salve María
Llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
·      Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
7. Recuerda, o Corazón doloroso e inmaculado que ante tus Santas Lágrimas, Jesús no te negó nunca nada. Dígnate pues, Madre Santa, a unir nuestras lágrimas a las Tuyas, para que tú divino Hijo nos conceda la gracia... (Petición) …………..que con tanto ardor te imploramos. Amen.

Virgen de las Lágrimas,
haz que hoy sea el día más feliz de mi vida.
7 veces

Dios te salve María
Llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres
Entre todas las mujeres, y bendito es el fruto
De tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén

·      Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Se dice 7 veces:   

 ¡Madre amantísima, de las Lágrimas y de la Misericordia, ten piedad de nosotros!