martes, 27 de noviembre de 2018

Madre mía de Belén

Madre mía de Belén,
entre palmas hiladas
te quisiera ver,
por las gotas de leche
que le distes a tu hijo de mamar
socórreme en mi mayor necesidad.

Angel de mi guarda, dulce compañía
no me desampares,
 ni de noche, ni de día
que si me desamparas yo me perdería

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Augusta Reina del Cielo.

Augusta reina del cielo y soberana de los ángeles tú que has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de satanás, nosotros te pedimos humildemente que envíes las legiones celestiales para que bajo tú mandato persigan al demonio lo combatan en todo lugar repriman su astucia y lo confinen al abismo  AMEN

sábado, 3 de noviembre de 2018

Corona de los Siete Dolores de Nuestra Señora

Nrsta Señora de los dolores


A lo largo de su vida, Nuestra Señora tuvo alegrías y dolores. Grandes alegrías, grandes dolores...

La cuaresma y sobre todo la Semana Santa, es una época oportuna para acompañar los dolores de Nuestra Señora. Lo invitamos a usted para estar al lado de la Virgen Dolorosa en los siete dolores que ella tuvo. Aunque los dolores fueron muchos, no solamente siete.

Aquí están los episodios de los Santos Evangelios. Ellos formaron el camino de dolores de la Hija amorosa de Dios Padre que sufrió en su alma padecimientos semejantes a los de la Pasión de su Divino Hijo.

Es imposible comparar los dolores que Ella sufrió junto a Jesús. Ninguna criatura vivió con tanto amor esos dolores. Además, ¡sólo Ella puede ser llamada corredentora! ¡Solo Ella puede ser llamada Omnipotencia Suplicante!

Unamos nuestros dolores imperfectos a los sufrimientos de Ella. Considerando los padecimientos de la Madre Dolorosa, encontraremos la fuerza para soportar las dificultades de nuestro día a día, tendremos fuerza para subir a lo más alto de nuestro propio Calvario.


Corona de los Siete Dolores de Nuestra Señora

La Corona de los Siete Dolores de Nuestra Señora recuerda los principales dolores que la Virgen María sufrió en su vida terrenal, culminando con la pasión, muerte y sepultura de Su Divino Hijo. Y es junto a la Cruz que la Madre de Jesús se torna Madre de todos los hombres y del cuerpo Místico de Cristo: la Iglesia Católica.


Unirse a los dolores de María es unirse también a los dolores de Nuestro Señor Jesucristo.

Al inicio se reza el Credo, el Padre Nuestro y 3 Ave Marías. Para cada dolor de María debe rezarse 1 Padre Nuestro, 7 Ave Marías y 1 Gloria al Padre.

Primer Dolor de Nuestra Señora: Presentación de Jesús en el Templo y la profecía de Simeón

Al presentar al Niño Jesús en el Templo, Simeón los bendijo y dijo a María su madre: He aquí que éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel y para señal de contradicción, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones. Y una espada traspasará tu misma alma (Lc 2, 34-35)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

Segundo Dolor de Nuestra Señora: La Huída a Egipto

Después que ellos partieron, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José, diciendo: "Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.

Entonces José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliese lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi hijo. (Mt 2, 13-14).

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

Tercer Dolor de Nuestra Señora: La pérdida del Niño Jesús en el Templo

Una vez acabados los días de la fiesta, mientras ellos volvían, el niño Jesús se quedó en Jerusalén; y sus padres no lo supieron. Suponiendo que él estaba en la caravana, fueron un día de camino y le buscaban entre los parientes y los conocidos. Como no le encontraron, volvieron a Jerusalén buscándole.

Aconteció que después de tres días, le encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían se asombraban de su entendimiento y de sus respuestas. Cuando le vieron, se maravillaron, y su madre le dijo:

- Hijo, ¿por qué has hecho así con nosotros? He aquí, tu padre y yo te buscábamos con angustia.

Entonces él les dijo:

-¿Por qué me buscábais? ¿No sabíais que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar? Pero ellos no entendieron el dicho que les habló. Descendió con ellos y fue a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres. (Lc 2, 43-50)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre

Cuarto Dolor de Nuestra Señora: El encuentro con Jesús camino al Calvario

Uno de los momentos más punzantes de la Pasión es el encuentro de Jesús con Su Madre en el camino del Calvario. Las lágrimas que María derramó, el cambio de miradas con su Hijo, la constatación de las crueldades que Él estaba sufriendo, todo ocasionaba un inmenso dolor en Su Corazón de Madre.


Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre

Quinto Dolor de Nuestra Señora: María queda de pie junto a la Cruz de Jesús

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María acompañó de cerca todo el sufrimiento de Jesús en la Cruz y asistía de pie a su muerte: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María esposa de Cleofás y María Magdalena”. (Juan 19, 25)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

Sexto Dolor de Nuestra Señora: María recibe el cuerpo de Jesús muerto en sus brazos

Nuestra Señora de la Piedad, es así como el pueblo católico invoca a María en este momento de la Pasión. “Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con las especias, de acuerdo con la costumbre judía de sepultar”. (Juan 19, 40)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre

Séptimo Dolor de Nuestra Señora: María deposita a Jesús en el Sepulcro

El sepulcro de su Divino Hijo fue el último dolor que María sintió durante la Pasión: “En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto había un sepulcro nuevo, en el cual todavía no se había puesto a nadie. Allí, pues, por causa del día de la Preparación de los judíos y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús”. (Juan 19, 41-42)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

ORACIÓN FINAL:
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La Madre piadosa estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía.

Cuya alma triste y
llorosa, traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh, cuán triste y afligida se
vio la Madre escogida, de
tantos tormentos llena

Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba del Hijo
amado la pena!

¿Y ¿cuál hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?

¿Y ¿quién no se entristeciera, piadosa Madre, si os viera sujeta a tanto rigor?



¡Oh Madre, fuente de amor, hazme sentir tu dolor para que llore contigo!

Y que por mi Cristo amado mi corazón abrasado más viva en él que conmigo.

Y porque a amarte me anime en mi corazón imprime las llagas que tuvo en sí.

Porque me inflame y me encienda y conmigo me defienda en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte de Cristo cuando en tan fuerte trance vida y alma estén:

Porque cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria. Amén.




(Extractos del famoso poema Stabat Mater, atribuido a Fray Jacopone de Todi, Siglo XIII)
Corona de los siete dolores

Privilegios para quien practica esta devoción:

En una revelación particular a Santa Brígida – debidamente aprobada por la Iglesia – Nuestra Señora promete conceder siete gracias para quien, cada día, rece siete Ave Marías en honra de sus dolores y lágrimas:

Aquí están las promesas:

Pondré paz en sus familias;
Serán iluminados sobre los Divinos Misterios;
Serán consolados en sus penas y los acompañaré en sus aflicciones;
Todo lo que pidan será concedido, con tal que nada se oponga a la voluntad adorable de Mi Divino Hijo y a la santificación de su alma;
Iré a defenderlos en los combates espirituales contra el enemigo infernal y serán protegidos en todos los instantes de su vida;
Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Santísima Madre;
Obtuve de mi Hijo que, los que propaguen esta devoción (La de Mis Lágrimas y Dolores), sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna, directamente, pues todos sus pecados serán borrados y Mi Hijo y Yo seremos su eterna consolación y alegría.

domingo, 28 de octubre de 2018

ACTO DE CONTRICCION



Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y por que os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme conlas penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, 
para el perdón de mis pecados. Amen

jueves, 25 de octubre de 2018

Consagración de sí mismo al Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, por manos de María

Consagración a Jesus por manos de María


Consagración de sí mismo al Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, por manos de María

¡Oh Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh amable y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre virgen! Os adoro profundamente en el seno y en los esplendores de vuestro Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, vuestra dignísima Madre, en el tiempo de vuestra Encarnación. 

Os doy gracias porque os habéis anonadado y tomado la forma de esclavo para sacarme de la cruel esclavitud del demonio. 

Os alabo y glorifico porque os habéis sometido a María, vuestra Santa Madre, en todo, a fin de hacerme por Ella vuestro fiel esclavo. Pero ¡ay! ingrato e infiel como soy, no he cumplido mis deberes, no he cumplido los votos y promesas que tan solemnemente hice en el bautismo, no he merecido ser llamado vuestro hijo ni vuestro esclavo; y como nada hay en mi que no merezca vuestra repulsa y vuestra cólera, no me atrevo a acercarme por mi mismo a vuestra Santísima y Augusta Majestad. 

Por esto he recurrido a la intercesión de vuestra Santísima Madre, que Vos me habéis dado como mediadora ante vos, y por este medio espero obtener de Vos la contrición y el perdón de mis pecados, la adquisición y la conservación de la Sabiduría. 

Os saludo, ¡oh, Corazón Inmaculado de María!, tabernáculo viviente de la Divinidad, en donde la Sabiduría eterna escondida quiere ser adorada por los ángeles y los hombres; os saludo, ¡oh Reina del cielo y de la tierra!, a cuyo imperio está sometido todo lo que hay debajo de Dios. Os saludo, ¡oh refugio seguro de los pecadores!, cuya misericordia no falta a nadie; escuchad los deseos que tengo de la divina Sabiduría y recibid para ello los votos y las ofrendas que mi bajeza os presenta.

Yo,........ pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en vuestras manos los votos de mi bautismo. Renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz tras El, todos los días de mi vida; y a fin de que sea mas fiel de lo que he sido hasta ahora, os escojo hoy, ¡oh, María!, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y Señora. Os entrego y consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y aun el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, otorgándoos entero y pleno derecho de mi y de todo lo que me pertenece, sin excepción, a vuestro agrado, a la mayor gloria de Dios, en el tiempo y la eternidad. 

Recibid, ¡oh virgen benignísima!, esta pequeña ofrenda de mi esclavitud, en honor y unión de la sumisión que la Sabiduría encarnada quiso observar para con vuestra Maternidad, en homenaje del poder que ambos tenéis sobre este pequeño gusano y miserable pecador, en acción de gracias por los privilegios con que os dotó la Santísima Trinidad. Protesto que en adelante quiero, como verdadero esclavo vuestro, procurar vuestra honra y obedeceros en todo. 

¡Oh Corazón Inmaculado de María, Madre admirable! Presentadme a vuestro Hijo en calidad de eterno esclavo, a fin de que, pues me rescató por Vos, me reciba de vuestras manos. ¡Oh Madre de misericordia!, concededme la gracia de alcanzar la verdadera sabiduría de Dios, y de colocarme, por tanto, entre los que Vos amáis, enseñáis, guiáis, alimentáis y protegéis como a vuestros hijos y esclavos. 

¡Oh Virgen fiel! Hacedme en todo tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo, vuestro Hijo, que por vuestra intercesión llegue, a imitación vuestra, a la plenitud de la perfección sobre la tierra y de gloria en los cielos.
Amén. 

CORONILLA DE LA SANTÍSIMAVIRGEN



                         




Dígnate aceptar misalabanzas,

VirgenSantísima. 

Dame fuerzas contra tus enemigos.


       CORONA DE SANTIDAD



Padre nuestro...

Dios te salve, María...

Bienaventurada eres, Virgen María,

que llevaste en tu seno al Señor yCreador del

mundo; engendraste al que te formó,

permaneciendo siempre virgen.

Regocíjate, Virgen María.


R./  ¡Regocíjate mil veces!



Dios te salve, María...

Oh Virgen Santa e Inmaculada,

 no sé con qué alabanzas

honrarte dignamente,

 porque llevaste en tu seno al que no

pueden contener los cielos.

Regocíjate, Virgen María.


R./  ¡Regocíjate mil veces!


Dios te salve, María...

Muy hermosa eres, oh María, no hay en ti

mancha alguna.

Regocíjate, Virgen María. 

R./  ¡Regocíjate mil veces!



Dios te salve, María...

Hay más virtudes en ti, Virgen María, que 

estrellas en el cielo.


Regocíjate, Virgen María. 

R./  ¡Regocíjate mil veces!.

Gloria al Padre, y al Hijo...

                                                                CORONA DE PODER



Padre nuestro...

Dios te salve, María.


Gloria a ti, Reina del universo;condúcenos

 contigo a la felicidad del cielo.

Regocíjate, Virgen María. 

R./  ¡Regocíjate mil veces!

   Dios te salve, María...

  Gloria a ti, Tesorera de lasgracias del Señor;

 danos participar en los dones de Dios.

  Regocíjate, Virgen María. 

  R./  ¡Regocíjate mil veces!



   Dios te salve, María...

  Gloria a ti, Mediadora entre Dios y los

  hombres; haz que    sea más íntimo nuestro

  encuentro con Cristo.

  Regocíjate, Virgen María. 

  R./  ¡Regocíjate mil veces!



  Dios te salve, María...

  Gloria a ti, Triunfadora sobre las fuerzas del

  mal; sé nuestra piadosa guía en el camino

  del Evangelio.

  Regocíjate, Virgen María. 

  R./  ¡Regocíjate mil veces!

  Gloria al Padre, y al Hijo...



                                                                 CORONA DE BONDAD



  Padre nuestro.

  Dios te salve, María.

  Gloria a ti, Refugio de los

  pecadores;intercede por nosotros

  ante el Señor.

  Regocíjate, Virgen María. 

  R./  ¡Regocíjate mil veces!



  Dios te salve, María.

  Gloria a ti, Madre de los

  hombres;enséñanos a vivir

  como hijos de Dios.

  Regocíjate, Virgen María. 

  R./  ¡Regocíjate mil veces!



  Dios te salve, María.

  Gloria a ti, Alegría de los justos;

  condúcenos contigo a las alegrías del cielo.

  Regocíjate, Virgen María. 

  R./  ¡Regocíjate mil veces!



  Dios te salve, María.

  Gloria a ti, prestísima 

  ayuda nuestra en la vida y la muerte;  

  llévanos contigo al reino de loscielos.


  Regocíjate, Virgen María. 

  R./  ¡Regocíjate mil veces!


  Gloria al Padre, y al Hijo... 



 ORACIÓN

Dios te salve, María, Hija de Dios Padre,

 Madre de Dios Hijo, Esposa delEspíritu

 Santo, Templo augusto de la Santísima 

Trinidad. Dios te salve,María, Señora mía,

mi tesoro, mi belleza, Reina de mi corazón,

 Madre,vida, dulzura y esperanza mía 

queridísima, –más aún– mi corazón y

 mi  alma. 

Soy todo tuyo, oh Virgen benditísima, 

y todo lo mío es tuyo.

 More enmí tu alma para engrandecer al

 Señor

. More en mí tu espíritu pararegocijarme en

 Dios. Oh Virgen fidelísima: ponte como un

 sello sobre micorazón, para que en ti y por ti

 permanezca fiel al Señor. Concédeme, por

 tubondad, la gracia de contarme en el

 número de los que amas, enseñas,diriges,

 nutres y proteges como hijos. Haz que,

 despreciando por tu amortodos los 

consuelos terrenos, aspire continuamente a

 los bienes celestiales,hasta que por medio

 del Espíritu Santo, tu Esposo fidelísimo, y de

 ti,Esposa suya fidelísima, sea formado en mí

 Jesucristo, tu Hijo, para gloriadel Padre

 celestial.



R/.  Amén.



Augusta reina del cielo

Augusta reina del cielo y soberana de los ángeles, tú que recibiste de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, te pedimos humildemente nos envíes las legiones celestes para que, a tu mandato, persigan a los demonios, los combatan en todas partes, repriman su audacia y los devuelvan al abismo.
(…)
¡Oh buena y tierna madre!, tú siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza.
¡Oh madre divina!, envía a los santos ángeles para que nos defiendan y para que arrojen fuera de nosotros al cruel enemigo infernal.
Santos ángeles y arcángeles, defiéndannos y guárdennos. Amén.