lunes, 13 de mayo de 2019

EL ROSARIO DE FATIMA




 EL ROSARIO DE FÁTIMA 


Los nueve pasos para rezar el Rosario que consta de una sola decena.




Paso 1:  Tomando la cruz del Rosario, se comienza con la Señal de la Cruz y luego se reza la siguiente oración:


 Oh Jesús, es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María, que voy a rezar este rosario.


Paso 2:  En la primera cuenta grande:

 ¡Dios mío, yo creo, te  adoro, espero y te amo! Pido perdón por todos aquellos que no creen, no te adoran, no creen y no te aman.


Paso 3:  En la primera cuenta pequeña


 Oh Santísima Trinidad, te adoro.  Dios mío, Dios mío, te amo en el Santísimo Sacramento.


Paso 4:  En el segunda cuenta pequeña:


 Por tu pura e Inmaculada Concepción, oh María, logra la conversión de Rusia, (aquí su país)y el mundo entero.


Paso 5:  En la tercera cuenta pequeña:


Dulce Corazón de María, haz posible  la salvación de Rusia, (aquí su país) y el mundo entero.


Paso 6:  En la siguiente cuenta grande:



¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! Pido perdón por todos aquellos que no creen, no  adoran, no confían y no te aman.


Paso 7:  En cada uno de los siguientes diez cuentas pequeñas:


 Oh Santísima Trinidad, te adoro. Dios mío, Dios mío, te amo en el  Santísimo Sacramento. (10 veces)


Paso 8:  En el eslabón de la cadena


 Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno. Lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Divina Misericordia.


Paso 9:  En el cierre


 Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente. Yo te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de  Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la Tierra, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.



Dios te salve Maria Hija de Dios Padre

Dios te salve, María, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo.
Dios te salve, María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad.
Dios te salve, María, concebida sin mancha de pecado original. Amén.

martes, 7 de mayo de 2019

ROSARIO BIZANTINO - Regla Mariana a la Theotokos: Rezo Completo


Señor, ten piedad de mi, un pecador.

 Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti Rey celestial, Consolador, el Espíritu de la Verdad, que estás presente en todas partes y llenas todas las cosas, oh Tesoro de todo bien y Dador de vida: oh Señor Bueno, ven y habita en nosotros, y límpianos de toda mancha y salva nuestras almas.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Oh, Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros.
 Oh Señor, borra nuestros pecados.
 Oh Maestro, perdona nuestras iniquidades.
 Oh Dios Santo, visitamos y cura nuestras debilidades, por amor de tu nombre.

Señor ten piedad. (3 veces)

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro

Señor ten piedad. (3 veces)

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Venid, adoremos a Dios nuestro Rey.
Venid, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.
Venid, adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.

Credo de Nicea

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.

Amén.

Señor abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza.

Primera Decena:
 La Natividad de la Santísima Madre de Dios.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.

10 veces 
                   
La Natividad de la Santísima Madre de Dios.
Tú nacimiento Theotokos, oh Santa Madre de Dios, 
ha anunciado la alegría a todo el universo, 
porque de ti ha surgido el Sol de justicia, 
Cristo nuestro Dios,
que quitando la maldición 
nos ha dado la bendición, 
nos ha dado la vida eterna.

Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ, eres la salvación del pueblo Cristiano.
Oh Santísima Soberana Theotokos, salva y protege a todos los cristianos, aumenta nuestra fe y arrepentimiento, y da reposo a los muertos en la gloria eterna de nuestro Señor.
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Segunda Decena:
 La presentación de la Santísima Madre de Dios.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.

10 veces  
                  
La presentación de la Santísima Madre de Dios.
Hoy es el prólogo de la benevolencia de Dios, 
y la proclamación anticipada de la salvación de los hombres.
La Virgen se muestra abiertamente en el Templo de Dios, 
y a todos Ella anuncia la venida de Cristo.
También nosotros gritamos en alta voz:
Salve oh cumplimiento del plan del Creador.
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.
Oh Santísima Soberana Theotokos, guarda y reúne a los siervos tu Santa Iglesia, sobre todo aquellos que están perdidos y descarriados.
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Tercera Decena:
 La anunciación a la Santísima Madre de Dios.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces   
                 
La anunciación a la Santísima Madre de Dios.
Hoy es el inicio de nuestra salvación,
y la manifestación del misterio eterno.
El Hijo de Dios se vuelve Hijo de la Virgen,
y Gabriel anuncia la gracia.
Por esto también nosotros gritamos con él:
“¡Alégrate, llena de gracia, 
el Señor está contigo!”
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.
Oh Santísima Soberana Theotokos, Madre de Dios, alivia nuestras penas y consuélanos en las aflicciones y en las enfermedades. Ten piedad de mí, un pecador.
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Cuarta Decena:
 El encuentro de la Santísima Madre de Dios con Santa Isabel.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces                    

El encuentro de la Santísima Madre de Dios con Santa Isabel.
Eres verdaderamente digna de alabanza,
Madre de Dios, siempre bienaventurada y 
toda Inmaculada y Madre de nuestro Dios.
Más insigne que los querubines
y sin comparación más gloriosa que los Serafines,
de modo incorruptible has dado a luz al Verbo de Dios;
eres realmente Madre de Dios, te magnificamos Theotokos.
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.
Oh Santísima y Soberana Theotokos, alivia nuestras penas y concede la alegría a tus sufrientes y dolidos siervos.
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Quinta Decena:
 El nacimiento de Cristo.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces         
           
El nacimiento de Cristo.
Tu nacimiento, oh Cristo, Dios nuestro, 
ha hecho brillar en el mundo la luz del conocimiento.
Por ella los adoradores de los astros
aprendieron de una estrella a adorarte,
oh Sol de justicia,
y a reconocerte a Ti,
como el Oriente venido de lo alto,
¡Señor, gloria a ti!

Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh Santísima Soberana Theotokos, sálvame de todos los ataques malignos.

Sexta Decena:
 La Presentación en el Templo de nuestro Señor y el encuentro con el justo Simeón.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces  
                  
La Presentación en el Templo de nuestro Señor y el encuentro con el justo Simeón.
Alégrate, oh llena de gracia,
Virgen, Madre de Dios,
porque de ti ha surgido el Sol de justicia, 
Cristo nuestro Dios, que ilumina 
a los que están en las tinieblas.
Alégrate también tú, justo anciano,
que has recibido en tus brazos
a Aquel que libera nuestras almas,
y que nos da la resurrección.
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.
Oh, Santísima Soberana Theotokos, ayúdame para que todo lo que haga, sea para la mayor gloria de Dios y el servicio a mis vecinos.
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Séptima Decena:
 La huida a Egipto de la Sagrada Familia.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces                    

La huida a Egipto de la Sagrada Familia.
A Ti comandante que por nosotros combates,
nosotros tus devotos salvados de los peligros,
dedicamos el himno de victoria
como canto de agradecimiento,
oh Madre de Dios.

Y tú que posees una fuerza invencible,
líbranos de todos los peligros,
para que podamos gritarte:
“¡Alégrate, oh esposa no desposada!”
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.
Oh Santísima Soberana Theotokos, protégeme de todo mal y cúbreme con Tu Santo manto de protección.
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Octava Decena:
 La pérdida a los doce años del niño Jesús en Jerusalén y el dolor de la Santísima Madre por este hecho.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces                    
La pérdida a los doce años del niño Jesús en Jerusalén y el dolor de la Santísima Madre por este hecho.
Con tu espíritu ven, oh Señor, 
porque eres misericordioso,
y ten piedad de mí como del publicano
por la intercesión de tu Madre.
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh, Santísima Soberana Theotokos, haz resucitar a mi alma y concédeme constante oración a Ti
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Novena Decena:
 El milagro de Caná en Galilea.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces                    
El milagro de Caná en Galilea.
Refugio saludable eres Tú, oh Madre de Dios, 
en el abismo de las pasiones cotidianas.
Protégenos de toda desventura
con tu bendición.
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.
Oh Santísima Soberana Theotokos , ayúdame a obtener la misericordia de tu Hijo y nuestro Señor Jesucristo y dame la gracia de ferviente y continua oración.
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Décima Decena:
 La Santísima Madre de Dios a los pies de la cruz.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces    
                
La Santísima Madre de Dios a los pies de la cruz.

Madre, no llores por mí,
viéndome en el sepulcro.
A tu seno sin semilla 
he venido como Hijo,
resucitado y glorificado 
y elevado a la gloria
continuamente como Dios,
te espero y te amo glorificada.

Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh Santísima Soberana Theotokos, pide a nuestro Señor Jesucristo, que tenga misericordia de mí, pecador, que perdone todos mis pecados y salve mi alma pecadora.

Décimo Primera Decena:

 La Resurrección de Cristo.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces                    
Recordamos la Resurrección de Cristo.
Cristo ha resucitado de los muertos
al morir ha vencido a la muerte
y a los muertos les ha dado vida.
Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh Santísima Soberana Theotokos, imprégname con Tu amor, fortaléceme con Tu fe, y da luz a mis ojos oscurecidos por el pecado.
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Décimo Segunda Decena:
 La Ascensión del Señor.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces   
                 
Recordamos la Ascensión del Señor.
Fuiste elevado a la gloria, Cristo Dios,
alegrando a tus discípulos
con la promesa del Espíritu Santo,
y los has fortalecido con tu bendición,
porque eres el Hijo de Dios,
el Redentor del mundo.

Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh Santísima Soberana Theotokos, líbrame de los malos pensamientos; y dame el deseo por la salvación de mi alma.
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Décimo Tercera Decena:
 La venida del Espíritu Santo.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces                    
Recordamos la venida del Espíritu Santo.
Bendito eres tú, Cristo, nuestro Dios,
has hecho sabios a simples pescadores,
enviando a ellos el Espíritu Santo,
y por ellos has conquistado todo el universo.
¡Gloria a ti, oh Filántropo!

Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh Santísima Soberana Theotokos, envíame la paz del alma y la salud del cuerpo.
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Décimo Cuarta Decena:
 La Dormición de la Madre de Dios.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces    
                
Recordamos la Dormición de la Madre de Dios.
En tu nacimiento has permanecido Virgen,
en tu dormición no has abandonado al mundo, oh Madre de Dios.
Tú has sido trasladada a la vida, oh Madre de la vida,
y por tu oración rescatas nuestras almas de la muerte.

Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh Santísima Soberana Theotokos, dadme una muerte serena y sin trabajo y conduce a mi alma en su camino.
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Décimo Quinta Decena:
 La santa protección de la Madre de Dios sobre los cristianos.

Madre de Dios, Virgen alégrate,
María, llena de gracia,
el Señor está contigo,
bendita tú eres entre las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, 
porque has dado a luz 
al Salvador de nuestras almas.
10 veces  
                  
Celebremos la santa protección de la Madre de Dios sobre los cristianos.
Hoy nosotros, fieles, hacemos fiesta con alegría
confortados por tu venida, oh Madre de Dios,
con los ojos fijos en tu admirable ícono,
te suplicamos con ternura:
cúbrenos con tu mando venerable,
líbranos de todo mal, 
y ruega a Cristo, tu Hijo,
que salve nuestras almas.

Ábrenos la puerta de tu misericordia, oh Santísima Madre de Dios. Que no nos perdamos los que confiamos en TI, que por tu medio, seamos librados de todas las adversidades, pues TÚ eres la salvación del pueblo Cristiano.

Oh Santísima Soberana Theotokos, sé para mi, oh Santa Madre de Dios, una Pared Inamovible y poderosa intercesión. No rechaces a este miserable pecador que corre hacia Tu invencible protección, pues eres la esperanza de los cristianos y el refugio de los pecadores.
Amén.
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Oraciones Finales
Es realmente justo glorificarte, oh Santa Madre de Dios, siempre bendita, Virgen impecable, y Madre de nuestro Señor. Más honorable que los querubines e incomparablemente más gloriosa que los serafines; que siendo virgen, diste a luz al Verbo de Dios. Verdaderamente eres la Theotokos, la Madre de Dios y por eso te magnificamos. Oh Theotokos, valiente defensora, tus sirvientes ofrecemos himnos de victoria en acción de gracias, porque nos has salvado. Ya que tienes poder invencible, líbranos de todo peligro, para que felices podamos exclamar: Alégrate, Virgen Santa.

Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre Dios,
no desprecies las súplicas que en nuestras necesidades te dirigimos
antes bien, líbranos de todo peligro
oh Virgen Gloriosa y Bendita.
Señor ten piedad. (3 veces)

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

lunes, 8 de abril de 2019

CAMINATA DE VIRGEN DE LA ENCARNACIÓN:

Se comienza el 25 de marzo y se termina el 25 de diciembre, se  piden 3 gracias muy difíciles-



ORACIÓN: Oh Virgen de la Encarnación, mil veces te saludamos, mil parabienes te damos por el gusto que tuviste cuando Dios en ti encarnó, pues eres tan poderosa oh Virgen y Madre de Dios, concédeme lo que te pido por amor de Dios, por amor de Dios.
                          
 

SE REZA LA PRIMER SALVE.

Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra,Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,
¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor y amado Jesucristo.

 Amén. 


 Se Medita y Se Pide La Primera Gracia


ORACIÓN: Oh Virgen de la Encarnación, mil veces te saludamos, mil parabienes te damos por el gusto que tuviste cuando Dios en ti encarnó, pues eres tan poderosa oh Virgen y Madre de Dios, concédeme lo que te pido por amor de Dios, por amor de Dios.

                         

SE REZA LA SEGUNDA SALVE

 Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,
¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor y amado Jesucristo.
 Amén

 Se Medita  Se Pide La Segunda Gracia

ORACIÓN: Oh Virgen de la Encarnación, mil veces te saludamos, mil parabienes te damos por el gusto que tuviste cuando Dios en ti encarnó, pues eres tan poderosa oh Virgen y Madre de Dios, concédeme lo que te pido por amor de Dios, por amor de Dios.
                      
                          
SE REZA LA TERCERA SALVE

 Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra,

Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,

¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor y amado Jesucristo.

Se Medita y se pide la Tercera Gracia

                        

ORACIÓN FINAL:

Acordaos oh piadosísima María que jamás se ha oído decir que persona que a vos se acogiere y pidiese socorro, hubiese salido desamparada, animada con tal confianza a vos acudo, oh Virgen de la Encarnación. Oh madre de mi señor Jesucristo, a vos vengo, a vos me presento con temor de mis pecados, no queráis menospreciar mis oraciones y mis palabras oh Madre mía, por el Misterio de tu Santísima Encarnación oídlas y cumplidas con misericordia, por amor de Dios, Amén.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar en el cielo, en la tierra y en todo lugar.


SE REZA UN AVE MARÍA POR LA PERSONA PROPAGADORA DE ESTA CAMINATA.


Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


A Jesús Sacramentado:

Gracias Señor por todo el bien que de Ti recibo todos los días

Gracias porque derramas en mi alma la dulzura infinita de tu piedad

Gracias por que me dejas sentir tu perdón por mis múltiples faltas

Gracias por que con ello me demuestras que nunca me abandonas

Gracias por las alegrías que me ofreces

Gracias por los dolores que me envías

Gracias también Señor porque conservas para mi alma la esperanza y la fe. Amén


Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.

martes, 27 de noviembre de 2018

Madre mía de Belén

Madre mía de Belén,
entre palmas hiladas
te quisiera ver,
por las gotas de leche
que le distes a tu hijo de mamar
socórreme en mi mayor necesidad.

Angel de mi guarda, dulce compañía
no me desampares,
 ni de noche, ni de día
que si me desamparas yo me perdería

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Augusta Reina del Cielo.

Augusta reina del cielo y soberana de los ángeles tú que has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de satanás, nosotros te pedimos humildemente que envíes las legiones celestiales para que bajo tú mandato persigan al demonio lo combatan en todo lugar repriman su astucia y lo confinen al abismo  AMEN

sábado, 3 de noviembre de 2018

Corona de los Siete Dolores de Nuestra Señora

Nrsta Señora de los dolores


A lo largo de su vida, Nuestra Señora tuvo alegrías y dolores. Grandes alegrías, grandes dolores...

La cuaresma y sobre todo la Semana Santa, es una época oportuna para acompañar los dolores de Nuestra Señora. Lo invitamos a usted para estar al lado de la Virgen Dolorosa en los siete dolores que ella tuvo. Aunque los dolores fueron muchos, no solamente siete.

Aquí están los episodios de los Santos Evangelios. Ellos formaron el camino de dolores de la Hija amorosa de Dios Padre que sufrió en su alma padecimientos semejantes a los de la Pasión de su Divino Hijo.

Es imposible comparar los dolores que Ella sufrió junto a Jesús. Ninguna criatura vivió con tanto amor esos dolores. Además, ¡sólo Ella puede ser llamada corredentora! ¡Solo Ella puede ser llamada Omnipotencia Suplicante!

Unamos nuestros dolores imperfectos a los sufrimientos de Ella. Considerando los padecimientos de la Madre Dolorosa, encontraremos la fuerza para soportar las dificultades de nuestro día a día, tendremos fuerza para subir a lo más alto de nuestro propio Calvario.


Corona de los Siete Dolores de Nuestra Señora

La Corona de los Siete Dolores de Nuestra Señora recuerda los principales dolores que la Virgen María sufrió en su vida terrenal, culminando con la pasión, muerte y sepultura de Su Divino Hijo. Y es junto a la Cruz que la Madre de Jesús se torna Madre de todos los hombres y del cuerpo Místico de Cristo: la Iglesia Católica.


Unirse a los dolores de María es unirse también a los dolores de Nuestro Señor Jesucristo.

Al inicio se reza el Credo, el Padre Nuestro y 3 Ave Marías. Para cada dolor de María debe rezarse 1 Padre Nuestro, 7 Ave Marías y 1 Gloria al Padre.

Primer Dolor de Nuestra Señora: Presentación de Jesús en el Templo y la profecía de Simeón

Al presentar al Niño Jesús en el Templo, Simeón los bendijo y dijo a María su madre: He aquí que éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel y para señal de contradicción, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones. Y una espada traspasará tu misma alma (Lc 2, 34-35)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

Segundo Dolor de Nuestra Señora: La Huída a Egipto

Después que ellos partieron, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José, diciendo: "Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.

Entonces José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliese lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi hijo. (Mt 2, 13-14).

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

Tercer Dolor de Nuestra Señora: La pérdida del Niño Jesús en el Templo

Una vez acabados los días de la fiesta, mientras ellos volvían, el niño Jesús se quedó en Jerusalén; y sus padres no lo supieron. Suponiendo que él estaba en la caravana, fueron un día de camino y le buscaban entre los parientes y los conocidos. Como no le encontraron, volvieron a Jerusalén buscándole.

Aconteció que después de tres días, le encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían se asombraban de su entendimiento y de sus respuestas. Cuando le vieron, se maravillaron, y su madre le dijo:

- Hijo, ¿por qué has hecho así con nosotros? He aquí, tu padre y yo te buscábamos con angustia.

Entonces él les dijo:

-¿Por qué me buscábais? ¿No sabíais que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar? Pero ellos no entendieron el dicho que les habló. Descendió con ellos y fue a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres. (Lc 2, 43-50)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre

Cuarto Dolor de Nuestra Señora: El encuentro con Jesús camino al Calvario

Uno de los momentos más punzantes de la Pasión es el encuentro de Jesús con Su Madre en el camino del Calvario. Las lágrimas que María derramó, el cambio de miradas con su Hijo, la constatación de las crueldades que Él estaba sufriendo, todo ocasionaba un inmenso dolor en Su Corazón de Madre.


Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre

Quinto Dolor de Nuestra Señora: María queda de pie junto a la Cruz de Jesús

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María acompañó de cerca todo el sufrimiento de Jesús en la Cruz y asistía de pie a su muerte: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María esposa de Cleofás y María Magdalena”. (Juan 19, 25)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

Sexto Dolor de Nuestra Señora: María recibe el cuerpo de Jesús muerto en sus brazos

Nuestra Señora de la Piedad, es así como el pueblo católico invoca a María en este momento de la Pasión. “Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con las especias, de acuerdo con la costumbre judía de sepultar”. (Juan 19, 40)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre

Séptimo Dolor de Nuestra Señora: María deposita a Jesús en el Sepulcro

El sepulcro de su Divino Hijo fue el último dolor que María sintió durante la Pasión: “En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto había un sepulcro nuevo, en el cual todavía no se había puesto a nadie. Allí, pues, por causa del día de la Preparación de los judíos y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús”. (Juan 19, 41-42)

Unidos al dolor que María sintió en esa ocasión, pidamos fuerzas y gracias para soportar con paciencia todos los dolores de nuestra vida y para mantenernos apartados del pecado.

1 Padre Nuestro, 7 Ave María y 1 Gloria al Padre.

ORACIÓN FINAL:
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La Madre piadosa estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía.

Cuya alma triste y
llorosa, traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh, cuán triste y afligida se
vio la Madre escogida, de
tantos tormentos llena

Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba del Hijo
amado la pena!

¿Y ¿cuál hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?

¿Y ¿quién no se entristeciera, piadosa Madre, si os viera sujeta a tanto rigor?



¡Oh Madre, fuente de amor, hazme sentir tu dolor para que llore contigo!

Y que por mi Cristo amado mi corazón abrasado más viva en él que conmigo.

Y porque a amarte me anime en mi corazón imprime las llagas que tuvo en sí.

Porque me inflame y me encienda y conmigo me defienda en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte de Cristo cuando en tan fuerte trance vida y alma estén:

Porque cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria. Amén.




(Extractos del famoso poema Stabat Mater, atribuido a Fray Jacopone de Todi, Siglo XIII)
Corona de los siete dolores

Privilegios para quien practica esta devoción:

En una revelación particular a Santa Brígida – debidamente aprobada por la Iglesia – Nuestra Señora promete conceder siete gracias para quien, cada día, rece siete Ave Marías en honra de sus dolores y lágrimas:

Aquí están las promesas:

Pondré paz en sus familias;
Serán iluminados sobre los Divinos Misterios;
Serán consolados en sus penas y los acompañaré en sus aflicciones;
Todo lo que pidan será concedido, con tal que nada se oponga a la voluntad adorable de Mi Divino Hijo y a la santificación de su alma;
Iré a defenderlos en los combates espirituales contra el enemigo infernal y serán protegidos en todos los instantes de su vida;
Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Santísima Madre;
Obtuve de mi Hijo que, los que propaguen esta devoción (La de Mis Lágrimas y Dolores), sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna, directamente, pues todos sus pecados serán borrados y Mi Hijo y Yo seremos su eterna consolación y alegría.